Cambiemos las emociones tóxicas por alegría, por Margarita Giner

Siempre escribo sobre emociones tóxicas, pero creo que ya va siendo hora de redactar algo que llene y nos alabe el gusto.
La alegría sería el tema de hoy, además es que me siento así…alegre y con ganas de compartir esta emoción.
Normalmente hablamos de penas, malos momentos y contamos con el teléfono o el café perfecto para tratar estos problemillas que nos preocupan y necesitamos compartir, por que quizás el dolor a veces es tan fuerte que buscamos un oído y un hombro para llorar, parece que cuando se comparte se reparte y la carga pesa menos.

Quiero romper la norma y haceros pensar en esto…podríamos compartir los momentos bonitos y la alegría con la misma intensidad, por lo menos practicarlo y ver que ocurre, sólo es apostar por algo diferente.

Yo lo hago constantemente y me ocurren cosas, si!! Lo que sigue al compartir alegría es que la recibes con mucha frecuencia, a lo que no estas acostumbrado .Pero claro, sabes que estás compartiendo una  emoción positiva  y además te empeñas en difundirla, por lo tanto lo que haces es recibir más de lo mismo.
Veo importante hablar de ella, nombrarla con la boca grande y el corazón abierto, pues este ritual sostiene esa energía.
Cualquiera puede hacerlo, es una decisión comenzar y comprobar los resultados para en nuestras propias carnes sentirlo, saborearlo y experimentarlo.
Cuando te levantas por las mañanas haces el movimiento mecánicamente, no piensas que tu cuerpo está vivo y respiras, no notas esas carencias pues realmente no las tienes, por lo tanto no le prestas atención…todo se mueve de forma automática y damos por sentado que así debe ser.
No estamos sintiendo alegría, pero si fuéramos conscientes de lo que somos y por que latimos, pensamos y un largo etc… que nuestro cuerpo ejecuta en un momento, nos daría alegría estar vivos. Seriamos conscientes de la maravilla que supone levantarse y movernos.
Esto no es una exageración, es una realidad y no nos damos cuenta. Tenemos razones de sobra para estar alegres, pero nuestro habito nos impulsa más hacía la negatividad y así nos hemos acostumbrado a vivir. Centrarnos en lo que nos crea bienestar y agrado nos cambia la percepción de nuestro día a día. Hagamos un pacto con nosotros mismos…por ejemplo durante tres semanitas, sin quejas, sin enojo y si  agradeciendo cada cosa, sea como sea.
Alegrarse de poder levantarse, de respirar, de nuestro movimiento, del amanecer que podemos ver y sentir cada nueva jornada.
Alegría de estar vivos y poder experimentar esta gran oportunidad que se nos da, como única hoy y el resto de toda nuestra estancia aquí en este planeta.
Alegría de cada cosa, persona o situación, pues se nos da para aprender y comprender que estamos aquí para mucho más de lo que nosotros en nuestra mente racional pensamos.
En la alegría se vive mucho mejor que en la tristeza ¿por que no trabajarnos  para evolucionar en nuestro gran proyecto que somos nosotros mismos? Nos lo debemos.
Meditar esto, es un acto de amor hacía nuestro ser, para vivir en alegría y dicha.
Y bueno, una vez más agradezco desde lo más profundo de mi corazón la oportunidad de poder escribir estos posts y que sean publicados, pues soy una más, con mucha alegría y ganas de cambiar este mundo donde reina cada vez menos la tristeza.

Pase lo que pase, la idea es ser feliz y cuantas más experiencias, mejor y más provechosa se tornara nuestra vida. Por que la vida es esto ¿no? VIVIR.

Margarita Giner Bernet
Naturopatía, Reiki, Sanación.
Móvil : 605 83 09 62
Mail : salvatge74 @gmail.com

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